Es uno de los elementos más importantes de los sistemas de seguridad, ya que se encarga de analizar e interpretar los saltos de alarma. En los casos de emergencia, es la encargada de avisar e informar a la policía y servicios de seguridad.
No todas las alarmas son iguales: las hay que solo emiten un aviso sonoro para el cliente; otras que informan de alguna forma, pero no conectan con terceros; y luego están las que ofrecen respuesta inmediata de los cuerpos de seguridad. Estas últimas son sistemas que están vinculados a una CRA (Central Receptora de Alarmas), una suerte de centralita común que recibe las señales de alerta y permite la coordinación de una respuesta rápida y efectiva frente a cualquier intromisión. Brindan una protección 24 horas al día durante todo el año ya que están operadas por profesionales cualificados que proporcionan servicio permanente a los clientes. Además, las CRA permiten tanto el aviso a los cuerpos de seguridad, como al servicio de vigilancia privada o al propio cliente.
Requisitos mínimos
Para entender en toda su dimensión qué es, podemos acudir a la Ley Ómnibus, articulado publicado en 2009, y a la Orden INT/317/2011, que definen sus requisitos y normativa, además de estipular cuándo un operario puede enviar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y qué exigencias ha de cumplir en su servicio.
- Ubicación segura: la CRA ha de estar situada en un lugar protegido física y electrónicamente, y contar con un esquema de detección frente a ataques internos y externos.
- Preparada: esta debe contar con un plan de contingencias. Las situaciones son imprevisibles y el cliente tiene derecho a una respuesta efectiva.
- Conexión doble: siempre tiene que estar conectada tanto a tu panel de seguridad como a una segunda central. Eso refuerza la protección y reduce la incidencia de fallos.
- Suministro continuado: el sistema se alimenta de la red eléctrica, asegurando que pueden seguir funcionando incluso cuando el abastecimiento está interrumpido.
Dicha unidad de control recibe las señales de los distintos elementos de seguridad (barreras infrarrojas, cables detectores, sensores de movimiento, cámaras de vigilancia, etc), en ese momento el personal recibirá la notificación y pondrá en marcha el protocolo acordado. Esta estrategia de protección es ideal para infraestructuras de grandes dimensiones. La estructura de seguridad perimetral se acopla a la perfección permitiendo dar cobertura a fábricas o naves industriales sin necesidad de tener seguridad física.
¿Cómo se conecta la alarma a la central?
Aunque varía dependiendo de la compañía que oferta el servicio, lo estipulado es que la recepción esté, por lo menos, vinculada con el panel de control a través de dos vías distintas:
- Teléfono: el panel entra en contacto con la CRA a través de la red telefónica, por lo que es un modelo efectivo y barato. Aunque queda completamente inoperativo frente a cortes eléctricos o caídas de la línea.
- Ethernet: el panel se apoya en el router de casa para ponerse en contacto con el CRA haciendo uso de la infraestructura de conexión.
- GSM: el usuario accede a las imágenes de su casa desde cualquier sitio a través de las antenas de Internet. Se distingue por introducir en el proceso el teléfono móvil. Eso sí, esta señal es fácil de inhibir.
La idea de diversificar las opciones de comunicación radica en garantizar que el cliente siempre tiene a su disposición el sistema que mejor se ajusta a sus necesidades.
¿Cuánto tarda en llegar el aviso?
La velocidad de la alarma para notificar una alerta depende de la rapidez con la que el panel le envíe la señal. Hasta que eso no ocurre es imposible que entren en acción los profesionales.
Generalmente es un proceso que nunca llevará más de 2 minutos desde que se produce la intrusión. Por un lado, las cámaras habitúan a demorarse entre 10 y 15 segundos. Es lo que necesitan para recabar toda la información recogida y enviarla a la CRA.
Tras eso la misma central receptora tardará entre 40 segundos y 1 minuto en poner en marcha el protocolo y empezar a coordinar recursos para efectuar una respuesta de acuerdo con lo contratado: avisando al cliente, a la policía o al personal privado de seguridad.
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